DESPRECIABLES R'N'R BAND

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Location: Pravia, Asturias, Spain

Wednesday, March 28, 2007

GRACIAS. Por Kiki Dee

GRACIAS. KIKE RIESTRA (KIKI DEE)

Voy a intentar sacar algo, no sé si os acabará llegando que igual tengo que parar y esto no saldrá nunca............................ Al final acabó saliendo:

Esto es una mierda. Una puta Mierda. Una gran mierda. No hay otra forma por donde mirarlo. No veo lado positivo por ningún lado.
Sólo intentar asimilarlo y recordarlo como era, olvidarnos de la noche del lunes en adelante, de ese puto lunes. Quiero recordarlo como el nenón grandón y buenón que era, desde que empezó a tocar con nosotros tuve el gran honor de compartir sabe dios cuantas horas con una persona cojonuda, una persona que espero que pudiese estar empezando a llamarme amigo. No quiero ni imaginar todas las cosas que le habría dicho si hubiese sabido que ese último ensayo el sábado, esa última noche del sábado, iban a ser las últimas horas que iba a pasar con el pequeño Txen antes de irse sin despedirse.
Prefiero pensar que no fue la última vez que le habré visto, prefiero pensar que algún día nos encontraremos allá donde esté ahora mismo, donde vayamos todos al cerrar aquí el chiringuito, y nos acabaremos riendo como acabábamos siempre, nos colgaremos los instrumentos que nos dejen y volveremos a hacer sonar Jack Gasolina, como siempre hacíamos cada vez que ensayábamos... Ahora mismo no puedo pensar en que ya le vi por última vez.
Lo siento amigos pero creo que no puedo seguir más, de verdad. Muchísimas gracias a todos por todo.
Un abrazo muy fuerte,
Kike Riestra


CONFUSO Y ASUSTADO: MIS ÚLTIMAS HORAS CON TXENCHO

“Hoy desperté confuso y asustado...” , salí a la calle, llevaba horas en el estudio escuchando los primeros compases grabados del nuevo disco y por fin, tras varios días con una voz en rebeldía, me decidí a finiquitar el tributo a los gatos barceloneses, Lauren esperaba por el tema y teníamos mucha ilusión en el proyecto. El resultado final nos gusta mucho, es despreciable 100%, suena a la familia. Mientras estaba dentro de la pecera, desfilaban al otro lado del cristal personajes como Ann o Moi, sus pulgares en alto me ayudaban a continuar.
Tras una charla con nuestro productor, el dueño de la fender Buddy Guy y yo salimos a la calle, eran las 7, habíamos quedado con los chicos para ensayar a esa hora, estarían esperando.
Llamé a Kike, estaban en el local, íbamos para allá.
Esa noche Moi haría una fiesta, no podía asegurar mi presencia pero el resto de la banda estaría por las calles de Oviedo. Quería centrarme en el ensayo, 3 nuevos temas a la palestra que deberíamos entrar a grabar en breves. Sonó de muerte, Moi lo anunciaba y yo lo corroboraba. El último tema que tocamos fue “A la luz de un candil”, una especie de jazz blues con guiños al cabaret que iría en nuestro próximo disco, me encanta y a los chicos les gustó el resultado. Quedaban listos para grabar, llamaría a Ignacio para concretar la entrada de Txencho y Kike en el estudio a meter las bases. Txencho me miraba de vez en cuando porque algo sonaba mal, lo arreglamos con dos miradas (eso no era un la, era un si, simple).
Txencho era así, entregado, pasional y sobre todo bueno. Vivía como nadie el rock’n’roll, siempre una frase, un gesto o una comparación hacía pensar que su vida no tendría sentido sin el ritmo de Satanás. En el último ensayo hablaba de los Stones, de su futura gira y su asegurada presencia en dos fechas, era un fan de la jodida lengua más famosa del mundo. Ya había ido con Moi a Valladolid y le habían dado la vuelta, tenía entradas para más sitios, tenía algo más que simpatía por los Stones.
En los ensayos era un profesional, parecía que no estaba pero estaba, el último sábado jugueteaba con los bocetos de portadas para el disco en México mientras tocaba, miraba su cara en plan comic de algunas de ellas y bromeaba. Era una máquina del ritmo, el complemento de Kike, la base del motor.
Se acabó el ensayo y cerré la puerta, el golpe sonó como mis rodillas al caer al suelo, la voz de Kike al otro lado del teléfono era clara 48 horas después de ese ensayo, “Murió Txencho”... era igual que lo negase y que gritase mil veces imposible, por cada una de mis lágrimas empecé a notar abrazos mientras ante mi tenía su féretro y mil coronas de flores, casi tantas como cada uno de los lunares de su camisa, frecuente en nuestros conciertos, con la que siempre nos acordábamos de Pepe Risi, ahora el tito de La Elipa le está enseñando como ser feliz allá arriba.

Aquí, mientras el cielo de Asturias lloraba y todas y cada una de las bandas del Principado, le despedían, el rock siente un vacío difícilmente abarcable: la guitarra de Moi llora más que nunca sin blues, Kike da con rabia sin parches, Javi mira a la nada, Ignacio no ha podido trabajar sobre la línea de bajo de nuestros temas, los chicos de Ann Alley marcan la peor muesca de sus camisas, sobre el teclado de Rebeca Puig resbala una lágrima mientras su pantalla edita el último clip recién grabado del grupo, Ann aún tiene en su mano el anillo punisher que siempre estuvo en su mano y ahora descansa en la de su madre... y yo te escribo a ti, para agradecerte tu apoyo, con la osadía de darte un abrazo eterno de DESPRECIABLES (Moi, Charly, Kike, Javi y Txencho) y para gritar una vez más, tal y como hacía en los conciertos... “ a mi derecha, al bajo, desde Mieres Distrito Federal, Txencho González”

Charly “Alley”

Thursday, March 22, 2007

Le pregunto dónde vive...

... ella dice en el pasado. (Ilegales)

Me desperté con las agudas cuerdas de la "Cabalgata de las Walkirias", o como demonios se escriba, o como las haya concebido Wagner, si es que, por mil demonios, él la escribió. El caso es que la sala estaba oscura y oía el replicar de una cuerda que no se dejaba afinar. Llevaba una cazadora de cuero negro que había comprado muchos años antes tras un eterno sueño adolescente... la idolatraba, a ella y a la imagen que partía del espejo al llevarla, me sentía más...

Seguía la música y a cada golpe mi vista se nublaba más, las órdenes eran claras, "sólo luz relámpago mientras suena sintonía", pero no terminaba de acostumbrarme aquello. En el fondo un murmullo de gente, la sala tenía buen aspecto, el grupo estaba en buen momento, presentaba grabación y siempre tuvimos buenos amigos. No imaginábamos que pronto todo se acabaría, pero el momento estaba delante...
Se hizo el silencio, la sala enmudeció, se encendieron las luces, ahí estábamos los 5. Protegido en unas gafas de sol y un poblado tupé comprobé cómo empezaba la primera canción, se llamaba "Imposible", a mi derecha Bini "Traidor" con Luis García, a la izquierda Moi, al fondo Nacho... empezaba la descarga...

Salí a la calle. La noche había sido muy especial y los amigos que allí se dieron cita se habían divertido trasladándonos toda su fiesta. Aquel año 99 no sólo era en fin de un siglo, la sala Jackaroe donde actuábamos estaba - sin saberlo - dando sus últimos coletazos, y allí estábamos para escribir una línea de su historia (y de la nuestra). El pueblo se mostraba frío en una primavera generosa, San Juan de la Arena abraza el mar con las ansias que besa un adolescente y el frío se calaba como si te invadise el agua bajo reinado de Neptuno. Recogí mis cosas y me subí al coche, solitario, reflexivo, como en las grandes noches de entonces...

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Nieve, nieve y nieve.... eso da el tiempo. La modosita chica rodeada de isobaras, anticiclones y absurdas nubes animadas es clara, "nieve en Asturias". ¿Qué me va a decir?, pensé, acababa de bajar de mi Tineo, a 700 metros de blanca altura. El contraste rompió en mis labios, el hiriente café se coló gritando paso en mis adentros. Salí a la calle, hacía tanto que no pisaba esa calle... y me la encontré, majestuosa, quizás más blanca, pero por mis sienes recorría la misma brisa, el miso sabor. Dejaba atrás conversaciones de marineros, gorras de lobos de mar y miradas amargas rebosantes de espuma blanca que nos devuelve la salada resaca... estaba ante ella, como 8 años antes. Las paredes de jackaroe se mostraban tan firmes como mis recuerdos, quizás por dentro se estuviese cayendo, como cada uno de nosotros, pero mis amigos seguían gritando en ella (hacía unas horas lo hacían en el nuevo clip de la banda) como aquella noche donde disfruté con LA TRAICIÓN.

Charly "Alley"